Evidentemente la situación del consistorio de Castro Urdiales, donde la clase política esta implicada en decenas de casos de corrupción, es especialmente grave y más grave aun cuando todos los grupos políticos representados en el Ayuntamiento están manchados.
Desde los comunistas, pasando por los populares, los socialistas, regionalistas hasta los independientes están implicados, lo que hace que sus palabras suenen vacías cuando hablan de manos limpias o de anticorrupción. Ya no se trata de conocer quién es más corrupto, sino de constatar que la corrupción esta presente en todos por igual y que es inútil y ocioso saber quién se corrompió antes, ya que ninguno de ellos es inocente.
El Frente Nacional tiene la obligación moral de recordar a cada elector si está dispuesto a votar a quien le roba, si quiere perpetuar este innoble tira y afloja sobre quien es más corrupto y quien ha sido más hábil para eludir los tribunales. No puede haber una política de paños calientes ante la corrupción, el único tratamiento es amputar la parte enferma de la sociedad para poder regenerar la vida política española. La regeneración del sistema político solamente pude realizarse restando poder e influencia a las formaciones políticas convertidas en vehículos para que individuos sin escrúpulos puedan saquear impunemente las arcas públicas