
Es indecente que en esta crisis económica que atravesamos el Gobierno se plantee subir los impuestos a los cántabros en lugar de recortar las ayudas a la inmigración. Ante la actual situación se debe ayudar primero a los ciudadanos de Cantabria y no lastrarles con más impuestos para sufragar estrambóticos proyectos y mantener los estómagos agradecidos que han surgido al calor del derroche de dinero público. El Gobierno de Cantabria debe ser el primero en apretarse el cinturón y emplear los fondos públicos en lo realmente importante, ayudar a salir de la crisis a los cántabros. Es muy difícil explicar cómo con 45.000 parados, de ellos más de 14.000 sin cobrar una prestación , ingentes cantidades de dinero público se destina a ayudar al foráneo mientras el nacional debe capear y pagar la crisis como pueda.
La mala gestión del Gobierno no hace más que agravar la actual situación convirtiendo a las clases medias en los verdaderos paganos de esta catastrófica situación; a las clases medias y trabajadoras que son las que más la sufren mientras, con absoluto desparpajo, reparte el dinero en proyectos de inmigración absolutamente innecesarios.