
Evidentemente la actual política de inmigración intenta romper el espinazo de la clase trabajadora española al proporcionar mano de obra barata. La competencia de trabajadores inmigrantes esta ejerciendo una presión demoledora y creciente sobre los salarios y las condiciones de trabajo de los españoles. Si no se aplica la preferencia nacional los trabajadores verán empeorar progresivamente tanto su salario como sus condiciones de trabajo.
Ante la actual situación económica es necesario la presencia de una voz en las instituciones que pida la instauración de un derecho preferente de los españoles a la hora de optar a puestos de trabajo, ayudas sociales o guarderías. Hasta hoy, sólo Frente Nacional, y ahora también, la Federación de la Construcción de CCOO, defienden esa preferencia.