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DISCURSO DEL CANDIDATO AL PARLAMENTO DE CANTABRIA, SINFORIANO BEZANILLA

Buenos días, amigos y amigas, gracias por vuestra asistencia a este acto de presentación oficial de los candidatos del Frente Nacional a las alcaldías de Santander, Torrelavega y Gobierno Regional.

Asumo la responsabilidad que el Frente Nacional ha hecho recaer en mí con ilusión y con esperanza de que nuestro mensaje y nuestras propuestas vayan calando en una sociedad que interiormente ya comparte muchas de ellas pero que la falta de libertades y la presión mediática impide que afloren espontáneamente.

Frente a un gobierno calamitoso, formado por dos partidos vacíos de contenido, un PSOE entregado a cambio de parcelas de poder y un PRC convertido en sindicato de intereses bastardos e inconfesables, Frente Nacional ofrece regeneración, gestión fiscalizable e independencia de cualquier interés extraño que menoscabe o perjudique el funcionamiento honorable de las instituciones.

Frente a un Partido Popular incapaz, que ha decepcionado siempre, en el gobierno y en la oposición, cobarde en sus acciones e inútil en su labor fiscalizadora de los manejos del ejecutivo de Revilla y cuyo único mérito, entre comillas, es conseguir mantener un voto cautivo que no le pertenece, al que en el fondo desprecia pero al que no renuncia, que es el voto anti PSOE, Frente Nacional ofrece contundencia política, contundencia que sólo puede darse cuando no se tienen pelos en la lengua ni agua que bailarle a nadie; llamar al pan, pan y al vino, vino. Al contrario que el Partido Popular, los candidatos de Frente Nacional son elegidos en sus asambleas por sus militantes y no vienen impuestos desde Madrid en lo que es una grave falta de respeto a sus propios afiliados y a todos los cántabros en general. La dirección nacional de Frente Nacional siempre ha mantenido y mantiene en ese aspecto una actitud modélica.

El balance de gestión del actual gobierno regional no puede ser más desastroso y tendrán que intentar reducir su indudable merma electoral en los próximos meses con operaciones de maquillaje que se basarán en fuegos de artificio, medias verdades y mentiras descaradas, que no podrán ocultar los grandes fiascos de quien ha gobernado como una auténtica banda.

Las “estratégicas” fábricas de placas de escayola, las empresas francesas que se asientan en Cantabria y entran en regulación de toda su plantilla al año de emprender la actividad, los AVE condición indispensable para la coalición de gobierno que se quedan en tren de la bruja; la sanidad a nivel del tercer mundo con unas obras de Valdecilla paradas y una Residencia Cantabria que se asemeja más al decorado de una película de la Guerra de los Balcanes, con una penuria de personal y medios que demuestran a las claras que es una competencia que a esta región le viene exageradamente grande.

En España hay comunidades presididas por gente con problemas de trajes, por cordobeses que aspiran a imponer idiomas que ellos son incapaces de aprender, de progres reconvertidos a cutres señoritos, y a nosotros nos ha tocado en el reparto nada más y nada menos que a Belén Esteban teñida de moreno y con bigote. Esa es la imagen de Cantabria en el resto de España y a eso tenemos que ponerle freno. Yo no me resigno a ser representado por este señor, supongo que vosotros tampoco os resignáis del mismo modo que no se resignan miles de cántabros. Consejeros como Marcano, habitual visitante de los juzgados, aún no condenado pero con más oscuros que claros en su gestión y una política “colocatoria” basada en el clientelismo y el método digital. Un consejero de Economía, comunista reconvertido, tránsfuga de manual, que siempre se caracterizó por servirse del partido en lugar de servir, que sumará a su currículum el haber conseguido el récord de parados de nuestra región además de otras hazañas como el Plan Renove de muebles que, como en su momento denunció públicamente Frente Nacional, ha sido el timo del tocomocho para los profesionales del sector.Un consejero de Industria, que sustituyó a otro condenado por la Justicia que pretende deprisa y corriendo llevar adelante un disparatado plan eólico contra la opinión de los expertos y de la opinión pública, en una maniobra oscura que parece presagiar negociete a la vista.Un Consejero de ganadería investigado por la Fiscalía a instancias del Frente Nacional por lo que consideramos un uso indebido de fondos públicos y que como único mérito podemos destacar el pagar obras a terceros antes de iniciarse, lo que debe ser una manera de colaborar con algunas empresas para que afronten la crisis. Y así un rosario de incompetentes estómagos agradecidos cuyo único lema es el que ha inmortalizado el insigne regionalista- cantabrista, Bernardo Colsa: “lealtad al que te ha colocado”.

Y, todo, con la espléndida guinda de nuestra Marbella particular en forma de Ayuntamiento de Castro Urdiales, donde se han rebasado todos los límites que la más mínima vergüenza puede tolerar. Esperpento provocado por intervención directa y personal de Miguel Ángel Revilla y mantenido y asumido por socialistas, regionalistas y populares, mientras vamos para un año que Frente Nacional presentó una petición en la mesa del parlamento para que el gobierno Regional iniciase los trámites para la disolución del consistorio, que fue aceptada a trámite y duerme el sueño de los justos desde entonces esperando su resolución. Será porque, como Revilla admitió, tuvo una suerte inmensa encontrando un candidato como Muguruza. Además de tramposos, gandules.

Hoy podemos asegurar que por primera vez en décadas no habrá necesidad de elegir el mal menor, cuando hoy en día resulta cada vez más difícil intuir cuál de los partidos, y no sólo los grandes, está más carcomido por la corrupción. La partitocracia se ha revelado como el más abyecto y más corrupto de todos los sistemas, pero en su miseria reside también su flaqueza, y, a pesar de tener la voluntad popular más o menos controlada siempre quedará un resquicio por mínimo que sea para que se produzca una reacción, que no por menos esperada es más perentoria y urgente. La corrupción se ha extendido como una mancha de aceite que hoy por hoy lo gringa todo y a todos. No hay partido político del sistema que escape a ella; no hay ayuntamiento, diputación o administración regional o nacional que pase la prueba del algodón; por ello el Frente Nacional enarbola la bandera de la anticorrupción como deber para con la Patria, aumentando de manera ejemplar las penas a los corruptos y responsabilizando subsidiariamente a los partidos que les han amparado y de los que se han beneficiado.

Desde el Frente Nacional creemos que la crisis económica es un problema serio. La fiesta se acabó y a muchos les ha pillado llenando la copa. Los años de especulación urbanística, fronteras abiertas y mundialismo nos han llevado a esta situación de la que todos somos culpables y de la que los partidos del sistema no tienen ninguna solución porque son parte del problema. No se tratará, pues, de cambiar la cara del inquilino de La Moncloa o la del contertulio televisivo de Polaciones por otra, sino de regenerar política y moralmente a la sociedad española en general y en lo que nos toca, a la cántabra en particular. Debemos propiciar un cambio en la mentalidad de la sociedad española volviendo a la defensa de principios y valores hoy desarraigados como la honestidad, el trabajo, el sacrificio, la perseverancia y el esfuerzo personal y comunitario, valores que hicieron grande a España y sus pueblos y que la progresía dominante ha desterrado para imponer el todo vale, que no haya diferencia entre el bien y el mal, lo falso y lo cierto, lo bello y lo feo; que la víctima no vale más que el victimario, que no hay jerarquía de valores. Esta cultura nefasta regula por ley los derechos de los animales mientras se los deniega a los seres humanos no nacidos provocando el mayor holocausto conocido en la historia. Esto debe acabar para evitar que los españoles nos veamos reducidos a ser unos peleles consumistas sin más aspiración que pasar por la vida consagrándonos a eso de la “calidad de vida” sabiendo, además , que para tenerla unos otros tienen que ser privados de ella. Por eso el Frente nacional iniciará una batalla cultural con el fin de restaurar los valores y principios que nos definen como pueblo y hacer del pueblo comunidad y no masa.

El Frente Nacional está caracterizado por ser el partido anti inmigración, pero no es sólo eso. Su política en la lucha contra la inmigración masiva y descontrolada se basa en una exigencia que destaca sobre cualquier otra: el sentido común. Es de sentido común, y los españoles mayoritariamente lo comparten, que los inmigrantes ilegales deben ser inmediatamente repatriados; es de sentido común que los inmigrantes delincuentes deben ser expulsados y es de sentido común que los inmigrantes parados de larga duración deben volver a su país de origen. Ante la actual situación, pues, contención y repatriación es la única política realista.
En definitiva, Cantabria no puede ya asumir más golpes y debe tomar el toro por los cuernos. Ni los partidos del actual gobierno van a solucionar unos problemas en cuya génesis han estado involucrados ni la oposición, que a la orden de lo que les indiquen sus jefes de Madrid, está más inclinada al pasteleo y el “quítate tú para ponerme yo”. Por ello es hora de acabar con el apoyo a opciones decadentes como mal menor y darse cuenta que el voto útil es el más inútil de los votos, el que perpetúa los males endémicos. Es hora de apoyar con todas las consecuencias a quien va de frente, no esconde nada y sólo tiene por referente España y el interés nacional. El Frente Nacional será aire fresco que ventile el viciado que treinta y cinco años de guerritas de partidos han hecho irrespirable. El máximo representante de Cantabria no volverá a ser el bufón particular del presidente más vil de toda la historia de España.