
Es hora de reivindicar la banca pública; la falta de crédito hace evidente el gran coste que ha tenido la renuncia a la banca pública. Evidentemente no nos referimos a las Cajas de Ahorro españolas que no han hecho otra cosa que copiar la lógica y los procedimientos de la banca privada, cayendo en los mismos errores, sino de una banca pública con una lógica diferente a la banca privada. Una banca pública al servicio del capital productivo que evite la especulación, bajo el control de la sociedad, no de la casta política como ocurre ahora y bajo unos mecanismos claros y trasparentes.