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EL FRENTE NACIONAL CONTRA EL PSIR DE "EL BOJAR"

El sábado 30 de octubre los afectados por el PSIR del Bojar recogieron firmas e informaron del atropello que los golfos apandadores del Gobierno Regional pretenden llevar a cabo entre Igollo y Bezana previa confiscación de los bienes de los que allí viven en la actualidad.

Un asunto turbio que comenzó con la compra de terrenos que en principio carecían de valor inmobiliario por parte de un amigo del cantamañanas del puro que, milagrosamente, acabaron formando parte de un chanchullo urbanístico amparado en una supuesta utilidad general al pretender construirse más de un millar de viviendas de protección oficial. Un millar de vivendas supone una población de unas tres mil personas, o sea, más que Maoño, Azoños, Sancibrián, Mompía y Prezanes juntos; algo que parece a todas luces desproporcionado y que sin duda influirá en la calidad de los servicios que los nuevos vecinos y los antiguos vayan a disfrutar desde ese momento.

Pero además hay otra cara del drama, que es el humano. Un centenar largo de familias tendrían que ver como son desalojados de sus casas y negocios para que tal canallada pudiese llevarse a cabo. Lo que comúnmente se conoce como desnudar a un santo para vestir otro. Y esto es lo que debe hacernos recapacitar a todos. La lucha de los vecinos del Bojar es la lucha de todos, y del resultado de ella va a depender el futuro de muchos que ahora se creen seguros con sus propiedades pensando que algo así no les va a suceder a ellos.
Hoy la propiedad privada es historia; nuestros títulos de propiedad no valen más que el papel donde están escritos y sólo es necesario que un desaprensivo con amigos repare en nuestras posesiones para que la Administración ponga su maquinaria a trabajar y haga confetti con nuestros papeles a cambio de un irrisorio precio que ella misma se encargará de marcar. Sólo somos los que tenemos derecho a pagar impuestos por unas pertenencias que en cualquier momento pueden dejar de serlo. Basta un incompetente como Mazón para que la vida de cientos de personas se vaya por el retrete mientras un saltimbanqui marea la perdiz haciendo el mono por los platós televisivos.

Es vital que los afectados por el Bojar no cedan en su presión ante quien quiere atracarles en su propia casa, pero más vital es que la sociedad cántabra no los deje solos, aunque sólo sea por egoísmo, pues cualquiera de nosotros puede ser el siguiente. Todos debemos arropar a nuestros paisanos, con firmas o con lo que vayan necesitando, pero sobre todo con nuestra solidaridad, apoyo y compañía.