El programa más ambicioso en la Historia de la política comercial de Cantabria, como decía Ángel Agudo, se queda en poco más que el timo del tocomocho que les toca pagar a los comerciantes. El Frente Nacional lamenta que lo que en un principio podría parecer un buen plan para servir de estímulo y modernización al pequeño y mediano comercio de Cantabria se haya convertido en un vulgar timo para los empresarios cántabros ya que son sus pequeñas y medianas empresas las que tienen que cargar con los 5.000.000 de euros que cuesta el plan y que el Gobierno de Cantabria no tiene.
El problema se plantea cuando los empresarios tienen que hacer frente a un fuerte desembolso que alcanza el veinticinco por ciento de las ventas, que supone el total de subvención, y abonárselo a la Fundación Comercio Cantabria, que es la encargada de gestionar las ayudas. El Consejero de Economía Comercio e Industria, Ángel Agudo, no ha sido capaz de concretar una fecha exacta para el reintegro de las citadas cantidades a los comercios, lo cual puede suponer la ruina para muchos de ellos si se demora en demasía.
La que sí parece que sale muy beneficiada es la citada Fundación que por medio de su tarjeta Comercio Cantabria va a gestionar a través de puntos la cuantía total de la subvención, al mismo tiempo que cobrará a los comerciantes un impuesto revolucionario del siete por ciento cada vez que se efectúe una operación con la misma.
El Frente Nacional no entiende como el consejero Agudo lanza al aire un plan sin contar con los cinco millones de euros para hacer frente a las subvenciones; no entiende como puede tener la poca vergüenza de pedir a los comerciantes que adelanten el dinero que les será devuelto sin plazo definido. Agudo no se ha parado a pensar lo que supone a pequeños comercios perder temporalmente el veinticinco por ciento de los ingresos, siendo en muchas ocasiones una cantidad superior al beneficio que obtienen ya que al Sr. Consejero no le interesa lo más mínimo reactivar el comercio minorista en Cantabria sino apuntarse un tanto propagandístico en estos momentos que se acercan las elecciones.
El problema se plantea cuando los empresarios tienen que hacer frente a un fuerte desembolso que alcanza el veinticinco por ciento de las ventas, que supone el total de subvención, y abonárselo a la Fundación Comercio Cantabria, que es la encargada de gestionar las ayudas. El Consejero de Economía Comercio e Industria, Ángel Agudo, no ha sido capaz de concretar una fecha exacta para el reintegro de las citadas cantidades a los comercios, lo cual puede suponer la ruina para muchos de ellos si se demora en demasía.
La que sí parece que sale muy beneficiada es la citada Fundación que por medio de su tarjeta Comercio Cantabria va a gestionar a través de puntos la cuantía total de la subvención, al mismo tiempo que cobrará a los comerciantes un impuesto revolucionario del siete por ciento cada vez que se efectúe una operación con la misma.
El Frente Nacional no entiende como el consejero Agudo lanza al aire un plan sin contar con los cinco millones de euros para hacer frente a las subvenciones; no entiende como puede tener la poca vergüenza de pedir a los comerciantes que adelanten el dinero que les será devuelto sin plazo definido. Agudo no se ha parado a pensar lo que supone a pequeños comercios perder temporalmente el veinticinco por ciento de los ingresos, siendo en muchas ocasiones una cantidad superior al beneficio que obtienen ya que al Sr. Consejero no le interesa lo más mínimo reactivar el comercio minorista en Cantabria sino apuntarse un tanto propagandístico en estos momentos que se acercan las elecciones.
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