El Frente Nacional anima a todos los cántabros a acudir a la jornada de puertas abiertas que viene desarrollando el 112 en Cantabria, especialmente el viernes 11, que se conmemora el Día Europeo del 112. De ese modo podrán comprobar de primera mano lo que ya apuntamos hace días, que el edificio nuevo de Nueva Montaña incumple la normativa en cuanto a condiciones básicas de accesibilidad y no discriminación de las personas con discapacidad para el acceso y utilización de espacios públicos urbanizados y edificicaciones. La carencia de itinerarios y plazas de aparcamiento accesibles, la falta de espacio para el acceso en silla de ruedas, la inexistencia de ascensor o medio alternativo de desplazamiento entre plantas e incluso de salida de emergencias hacen de este edificio, vendido a la opinión pública a bombo y platillo por el Consejero Mediavilla y el presidente Revilla, una auténtica chapuza digna de este gobierno. Lo que lo hace más dramático, si cabe, es que parte del personal que allí presta servicio, concretamente los gestores encargados de recibir y gestionar las llamadas, tienen en buen número, como tenían los que no han sido renovados, reconocidas discapacidades en distintos grados. De hecho, la Inspección de Trabajo ya ha girado visita al centro y ha requerido a la empresa concesionaria, SERTEL, para que acredite los grados de minusvalía que tienen sus trabajadores del 112.
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DEFICIENCIAS EN EL 112 DE CANTABRIA
El Frente Nacional anima a todos los cántabros a acudir a la jornada de puertas abiertas que viene desarrollando el 112 en Cantabria, especialmente el viernes 11, que se conmemora el Día Europeo del 112. De ese modo podrán comprobar de primera mano lo que ya apuntamos hace días, que el edificio nuevo de Nueva Montaña incumple la normativa en cuanto a condiciones básicas de accesibilidad y no discriminación de las personas con discapacidad para el acceso y utilización de espacios públicos urbanizados y edificicaciones. La carencia de itinerarios y plazas de aparcamiento accesibles, la falta de espacio para el acceso en silla de ruedas, la inexistencia de ascensor o medio alternativo de desplazamiento entre plantas e incluso de salida de emergencias hacen de este edificio, vendido a la opinión pública a bombo y platillo por el Consejero Mediavilla y el presidente Revilla, una auténtica chapuza digna de este gobierno. Lo que lo hace más dramático, si cabe, es que parte del personal que allí presta servicio, concretamente los gestores encargados de recibir y gestionar las llamadas, tienen en buen número, como tenían los que no han sido renovados, reconocidas discapacidades en distintos grados. De hecho, la Inspección de Trabajo ya ha girado visita al centro y ha requerido a la empresa concesionaria, SERTEL, para que acredite los grados de minusvalía que tienen sus trabajadores del 112.
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