

Evidentemente la situación del consistorio de Castro Urdiales, donde la clase política esta implicada en decenas de casos de corrupción, es especialmente grave y más grave aun cuando todos los grupos políticos representados en el Ayuntamiento están manchados.
Desde los comunistas, pasando por los populares, los socialistas, regionalistas hasta los independientes están implicados, lo que hace que sus palabras suenen vacías cuando hablan de manos limpias o de anticorrupción. Ya no se trata de conocer quién es más corrupto, sino de constatar que la corrupción esta presente en todos por igual y que es inútil y ocioso saber quién se corrompió antes, ya que ninguno de ellos es inocente.
El Frente Nacional tiene la obligación moral de recordar a cada elector si está dispuesto a votar a quien le roba, si quiere perpetuar este innoble tira y afloja sobre quien es más corrupto y quien ha sido más hábil para eludir los tribunales. No puede haber una política de paños calientes ante la corrupción, el único tratamiento es amputar la parte enferma de la sociedad para poder regenerar la vida política española. La regeneración del sistema político solamente pude realizarse restando poder e influencia a las formaciones políticas convertidas en vehículos para que individuos sin escrúpulos puedan saquear impunemente las arcas públicas
El sábado 17 de octubre se abrió el Centro Social Alfonso I en Santander con la asistencia de decenas de patriotas que desde las 20:00 hasta las 23:00 horas se acercaron hasta la sede social.
En el acto inaugural tomó la palabra Adrián Ortega que en un
brillante discurso recalcó la necesidad de ir abriendo poco a poco espacios de libertad frente al pensamiento único dominante y recordó que el Centro Social debe su nombre al monarca español Alfonso I , el cántabro, que inició la reconquista frente a la ocupación islámica de España.
El Centro Social Alfonso I nace con la voluntad de ser el punto de reunión de todos los patriotas cántabros y sirva como un complemento a la actividad constante de